martes, 23 de noviembre de 2010

CRÓNICA UNIQUINDÍO

ESCRITO POR: Leidy Viviana Ramírez Guevara
Alumna de Comunicación Social, Universidad del Quindío, 2010

EL DESPLAZAMIENTO: COMPLICADO Y HOSTIL
LEJOS DE LO QUE QUIERE

El desplazamiento forzado es tan antiguo como el ser humano; que lo que marca la distinción entre los persistentes desplazamientos humanos en los diferentes momentos históricos, son las causas y actores que los generan, su relevancia en términos de población afectada y sus consecuencias tanto en zonas expulsoras como receptoras.

En Colombia el desplazamiento  interno forzado de población es un eje de larga duración. Al tiempo se intensifican las situaciones de exclusión e intolerancia que padecen los nuevos desplazados expulsados a las ciudades. La población desplazada por la violencia proviene fundamentalmente de los departamentos de Tolima, meta, Antioquia, Caquetá, Cundinamarca, Santander y chocó  regiones en donde se ha acrecentado el conflicto armado interno, ocurrido en Colombia entre los años 70 y 90. En medio de este conflicto algunas personas se han visto trastornadas abruptamente, como es el caso de Enrique La Verde, oriundo de puerto rico, Caquetá.

Enrique La Verde, es uno de los tantos desplazados por el conflicto armado. Actualmente  vive en la ciudad de Armenia, en el barrio la pavona. Nació el 24 de septiembre de 1946 en Florencia, Caquetá, más exactamente en el municipio  de Puerto Rico. Vive solo, pues no tiene a ningún miembro de su familia actualmente que viva en Armenia. Se desempeña como trabajador independiente en la venta de frutas en los diferentes colegios de la ciudad milagro.


Don Enrique, antes de establecer su vivienda en Armenia, se encontraba en el municipio de puerto rico, Caquetá, hacia mediados de 1970. Allí tenía una pequeña tierra en donde criaba a una pequeña población de animales, como gallinas, patos, vacas y uno que otro caballo. Este le proporcionaba su traslado a los  alrededores del pueblo y  a su vez le servía como vehículo para cuando necesitaba llevar su remesa y el abastecimiento para sus animales.


Cuándo tenia la edad de 28 años, la presión de los grupos armados era inevitable y más en esa zona en donde se encontraba. Don Enrique no tenia riquezas, pues eran sus pocos animales los que le proporcionaban el sustento de cada día, pues madrugaba todos los días a ordeñar sus dos vacas y luego salía a vender la leche que sacaba de estas a  sus vecinos y en el centro del pueblo. La presión de los integrantes de la guerrilla fue creciendo cada  vez más, pues comenzaron a ir muy seguido a visitar a don Enrique con la intención de que este les diera una vacuna y evitarse así problemas como represarías contra él y su familia, conformada por su madre y su hermano.


Pasaron varios días y las amenazas continuaban, pero él no creía que fuera tan serio lo que estaba sucediendo; las intimidaciones habían comenzado a principios del año de 1974, y fue a finales de este cuando uno de los frentes de la guerrilla prendió su vivienda en fuego, sus familiares resultaron con heridas leves, pero la casa quedo totalmente destruida por esto. Don Enrique asustado decidió mandar a su familia para donde unos familiares en la ciudad de Cali, estos atemorizados por lo que había sucedido y por lo más terrible que podría llegar a suceder decidieron hacerle caso a Enrique y con sus pocas prendas que tenían no les quedo otra opción que abandonar su hogar. Los animales que quedaron Enrique los vendió a sus vecinos y a los clientes que le compraban diariamente la leche,  a los tres días de este suceso, fue sorprendido por unos guerrilleros quienes le dieron 48 horas para que abandonara el municipio de puerto rico; los nervios, el temor y la incertidumbre se apoderaron de él, no podía irse para donde estaba su mamá y su hermano porque pensaba que por hacerle daño a él los afectados serian sus familiares. Fue entonces el 02 de diciembre de 1974 en donde Don Enrique sin esperanza alguna toma la decisión de viajar a la ciudad de armenia, pues aunque en esa época era una ciudad pequeña, tenía el anhelo de que allí podría rehacer su vida y comenzar a construir una nueva.


Según el DANE de los miles de desplazados en Colombia, 1.105.499 personas corresponden a los grupos étnicos indígena y afro colombiano. 574.282 corresponde al primero y 603.152 al segundo. Si son evaluadas las cifras de desplazamientos anotadas durante los diferentes estudios,  es evidente la situación de exterminio y desplazamiento a la que los grupos ilegales han expuesto a estos patriotas de  grupos minoritarios. Lamentablemente  las 81 etnias indígenas que viven en territorio colombiano, así como la población de color están siendo aniquiladas no solo físicas sino culturalmente, pues su valor cultural es parte del patrimonio histórico del país y es parte de la identidad de los colombianos.


Como lo expresa el servicio de naturalización e inmigración (INS) de los Estados Unidos, en el año 2000 15.000 colombianos ingresaron a este país por la vía legal, un 30% más que en 1999 donde 9.966 colombianos lo hicieron de la misma forma. La mayoría de estos solicitaron residencia después de acogerse a la figura de asilo político. El INS carece de cifras exactas del número de colombianos radicados en Estados Unidos pero se calcula que entre el año 2000 y 2001, 200.000 compatriotas lo hicieron. Igualmente  han tenido que desplazarse a parte de USA a España, Costa Rica, Panamá y Venezuela mayoritariamente.


Los datos suministrados por la Conferencia Episcopal Colombiana en el año 1995, indican que en el país el 58.2% de las personas desplazadas son mujeres. De ellas el 24.6% son reportadas como jefas de hogar. Donny Meertens advierte el subregistro de este dato, debido en gran medida a los sesgos de las respuestas de las encuestadas quienes temen ser identificadas como viudas de insurgentes o, se inhiben de figurar como madres solteras. De acuerdo con la red nacional de información y los datos suministrados por las gobernaciones departamentales del ministerio del interior, hacia finales de 1999, se estimaba que el 44.1% de las familias desplazadas tenían a mujeres como jefas de hogar, el 23.2% eran niños menores de siete años y el 17.7% de las personas eran integrantes de grupos étnicos.


Por estos días, estando en el mes de noviembre del 2010, don Enrique continúa ganándose la vida vendiendo frutas en las afueras de los colegios. Muchas veces ha intentado buscar otro tipo de trabajo, pero su falta de estudio se lo ha impedido. Don Enrique dice que aunque muchas veces es muy poco lo que gana en su puestico, por lo menos vive tranquilo y sin que nadie lo esté amenazando.


Su señora madre y su hermano aun viven en la ciudad de Cali. El hermano menor de don Enrique de nombre José, tiene una pequeña tienda y del dinero que gana de esto, le da la mano a su mama, en ocasiones le manda giros a su hermano para colaborarle un poco económicamente. Cuando ambos se llaman la nostalgia es imposible evitar dice don Enrique, pues de alguna forma en su corazón hay un vacio inmenso por la falta de estos dos seres tan importantes en su vida como lo son su mama y su hermano.


Don Enrique ha intentado formar su hogar el cual ha anhelado mucho, pero piensa que la situación económica no es la más favorable en estos momentos. Piensa que el dinero es escaso y cuando llega es para suplir las necesidades principales, como lo es su alimentación y los servicios. La casa  en la que se halla es de su propiedad, gracias a un subsidio de vivienda del cual salió favorecido.


Actualmente don Enrique ha estado un poco delicado de salud. Lo que más lo afecta es su corazón, el cual al parecer no está funcionando muy bien. Para él eso no importa, lo que más le interesa y de lo que más anhela en esta vida antes de partir, es poder volver a ver a su familia así sea por última vez, darles un abrazo y recordarles lo mucho que los quiere; los años lejos de ellos han sido muchos y tal vez por descuido o falta de dinero no ha logrado verlos, en su corazón siempre han estado presentes y lo estarán hasta el último de sus días.


Considero que estamos en un país en el que cada día una familia está sufriendo la problemática del desplazamiento forzado, en donde este es el causante de las tantas desintegraciones familiares las cuales injustamente tratan de sobre llevar una situación tan compleja como esta. En Colombia el desplazamiento forzado es una clara violación de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.  Este fenómeno como consecuencia del conflicto armado ubica a Colombia como el país con la mayor crisis humanitaria en América Latina. El caso del don Enrique la Verde es uno de los miles que ha sufrido este holocausto y que aun teniendo un desarrollo significativo, continúa con esta complejidad que cada día va deteriorando mas a familias Colombianas.


El gobierno, a través de la Red de Solidaridad Social de la Presidencia de la República (RSS) administra el Sistema Único de Registro (SUR), en el cual debe inscribirse la población desplazada como requisito para acceder a la oferta de atención estatal. Así, de acuerdo con la información del SUR, entre Septiembre de 1995 y Junio de 2003 se han registrado 1, 148,696 personas. Esta es la cifra que el gobierno reconoce formalmente como población que demanda atención por parte del Estado, y actualmente la RSS está adoptando medidas para desvincular del SUR a aquellas personas que se considere han recuperado su estabilidad social y económica.


A continuación se muestran algunas gráficas las cuales dan a conocer las diferentes  cifras del desplazamiento forzado en Colombia, durante el periodo de 1899 a 2009 como se muestra en el gráfico 1, en el 2  los departamentos de expulsión (según familias), en el tercero el comportamiento del desplazamiento hasta febrero de 2005 y en el cuarto y último gráfico el número de hectáreas abandonadas por departamento.

GRÁFICO 1





















GRÁFICO 2


























GRÁFICO 3



















GRÁFICO 4
















Como conclusión, el desplazamiento también hace parte de la lógica de la guerra contrainsurgente, en los habitantes de zonas campesinas que supuestamente sirven de apoyo social a la guerrilla.  Estos son obligados a dejar su tierra para ser sustituidos por miembros de grupos paramilitares y de individuos simpatizantes de las mismas fuerzas armadas, es un mecanismo de re-poblamiento que por demás tiene una utilización común en el conflicto armado. Nosotros como colombianos y como afectados directa o indirectamente de este problema social estamos en la obligación de ofrecer ayuda al desplazado ya sea orientándolo o contribuyendo a su reintegración a  una vida digna. Hoy en día don Enrique La Verde solo espera poder volver a estar con su familia, olvidar aquel pasado oscuro que tuvo que afrontar con mucha fortaleza y solo mirar el futuro que le depara, siendo para él la prioridad más importante pasar los últimos días al lado de su adorada madre y su hermano.


BIBLIOGRAFIA

-       Conferencia Episcopal Colombiana (1995), Porcentaje de población femenina desplazada.
-       DANE (departamento administrativo nacional de estadística) (2009), Desplazamiento étnico, indígena y afrocolombiano.
-       INS (servicio de naturalización e inmigración) (2000), Cifras de inmigrantes por el desplazamiento.

 

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